Kenneth Dow, Ellwangen, 1992.
En sus proyectos, Kenneth Dow navega a través de un mundo ficticio, fuertemente inspirado en su propia biografía y su entorno actual. Su trabajo artístico se ocupa de estrategias para hacer que lo ausente, lo ausente, lo invisible se perciban, lo ausente como ya no presente, lo invisible como lo interior.
Los estados subjetivos se hacen palpables a través de la elección, combinación y recursión de procedimientos, que juntos forman un aparato de representación. La máquina de representación puesta en marcha concibe entonces la obra de arte tal como se ve expuesta.
Kenneth Dow estudió en Milán, Hamburgo y Shanghai y tiene un MFA de la Academia de Bellas Artes de Stuttgart. En 2015 fue admitido en el Fondo Alemán de Estudios Académicos. Ha participado en numerosos espectáculos colectivos institucionales, Festivales de teatro y cine.
Obra de la colección: PsyCHO TRance // K-Hole
PsyCHO TRance // K-Hole, 2019.
En los últimos años hemos sido testigos de cómo los espacios artísticos y los clubes se acercan unos a otros, cada uno buscando el prestigio, la credibilidad y la audiencia del otro. Parece como si los clubes como espacios culturales pudieran responder mejor al discurso actual en torno al arte que los cubos blancos. En su misma lucha por la supervivencia, los espacios artísticos son la viva imagen del conformismo capitalista. El cubo blanco es capaz de digerir hasta la crítica más feroz, separándola en el tiempo y el espacio. En pequeñas porciones se vuelve indigerible para el observador sin envenenar el cerebro productivo y activo. Es cuerdo. Permite una consideración sobria, una reflexión. Permite al observador permanecer en su posición como espectador sin cuerpo, posiblemente una cámara libre. Como cuando te matan a tiros en Counter Strike y estás esperando que comience un nuevo juego.
El club es su antítesis. Los visitantes pueden experimentar la pérdida de su ego, pero nunca de su cuerpo. Niega a sus habitantes espacio para la reflexión observadora. La mera presencia del cuerpo físico lo hace partícipe.
Posiblemente, esta insistencia en el cuerpo sea lo que hace que el club sea tan atractivo para el mundo del arte. Los clubes luchan por sobrevivir en convivencia con sus barrios. Los intereses de los trabajadores burgueses en recrear su fuerza laboral se valoran por encima de que una multitud gaste sus energías vitales sin devolverlas al mercado laboral. Son escenario de psicosis (inducida químicamente), el cuerpo (mente) destrozado no está dispuesto ni apto para el trabajo asalariado. Los enfermos son la forma más fuerte de resistencia. Esta observación coincide con la noción de que el fin del mundo parece más probable que el fin del neoliberalismo. El hedonismo rave, leído como autoagresión, en realidad es una agresión contra la disciplina internalizada.
PsyCHO TRance // K-Hole es parte de un programa de investigación y producción realizado por Hangar en colaboración con NewArtFoundation y .BEEP { collection;}.
Agradecimientos especiales: Fabolous St. Pauli, Hamburgo. Xīnchējiān 新车间, Shanghái
